Ampliación y obra nueva

Siempre que se realice una construcción de vivienda o una ampliación de una vivienda se debe construir con la supervisión y el visado de un técnico competente, es decir, un Arquitecto. ¿Las casas prefabricadas son una excepción? No. Aunque constructivamente son diferentes, en lo que respecta a la ley son lo mismo que una casa construida por los métodos tradicionales.

Depende fundamentalmente de la normativa urbanística y de la estructura preexistente. La normativa urbanística limita cuántos metros cuadrados de techo se pueden construir en una parcela, qué forma y altura debe tener. Por lo tanto, si se ha agotado urbanísticamente la capacidad de crecer o se ha excedido de alguna manera no se podrá a no ser que se apliquen medidas correctoras. En cuanto a la estructura preexistente, hay que considerar la capacidad de soportar nuevos pesos que ésta tiene. Este parámetro no es tan decisivo como el urbanístico ya que siempre se puede rehabilitar la estructura preexistente y reforzarla.

En la mayoría de los casos sí. Lo mejor es realizar la consulta a los técnicos municipales del municipio donde se desarrollará la obra.

El arquitecto y el aparejador, desarrollando las funciones de Director de Obra, Director de Ejecución y Coordinador de Seguridad y Salud componen la Dirección Facultativa de una obra.

Una licencia para una ampliación u obra nueva es una licencia de obras mayores en la mayoría de los casos. Normalmente el mínimo que hemos visto a lo largo de nuestra carrera profesional es de 6 meses. Sin embargo, algunos ayuntamientos, los que más tardan, pueden llegar a estar 2 años.

Se compone de documentación gráfica y escrita:

1. Justificación urbanística.
2. Memoria descriptiva (se establecen los parámetros normativos que conseguirá la intervención. Por ejemplo: las fachadas aislaran el mínimo normativo que es U=0,3 W/m2K).
3. Planos de planta con la distribución, alzados, secciones y fachadas, la justificación normativa (urbanística, habitabilidad, cte).
4. Presupuesto por capítulos. Se trata de un presupuesto aproximado únicamente valorando la estructura, el capítulo de obra, el capítulo de
   instalaciones, sin entrar en los detalles de cada una de las partidas que hay dentro de los capítulos.

Del mismo modo que el proyecto básico, el proyecto de ejecución se compone de documentación gráfica y escrita:

1. Memoria constructiva (se describen constructivamente todos los sistemas – envolvente, estructura, instalaciones – y las prestaciones que se han conseguido con la solución constructiva concreta. Por ejemplo: las fachadas estaran compuestas de una doble hoja ventilada de obra de fábrica de ladrillo. La hoja interior de ladrillo perforado y la exterior de ladrillo hueco doble. Con aislamiento interior de poliuretano proyectado PU de espesor  20 cm y aislaran U=0,15 W/m2K).
2. Justificación del Código Técnico de la Edificación.
3. Planos de detalles constructivos y estructura, cuadros de carpinterias, planos de materiales.
4. Instrucciones de uso y mantenimiento.
5. Plan de control de calidad. Por ejemplo en el caso concreto del aislamiento: se prescribirá unas comprovaciones del aislamiento tanto documentales como en obra que consistiran en: verificar la ficha técnica del fabricante – comprovar conductividades del material, densidades etc. – comprovar el marcado CE, y lo más importante realizar pruebas aleatorias de control de grosores, de esta manera se puede prescribir, que mediante una aguja se pinche cada 10 m2 el paramento de aislamiento para comprovar que el grosor no es inferior a 20 cm de profundidad).
6. Mediciones por partidas y unidad de obra. (cada partida de obra, se describirá cualitativamente y se valorará cuantitativamente; por ejemplo.
7. Memoria de cálculo de estructuras.
8. Certificado energético.
9. Estudio geotécnico.
10. Estudio topográfico.

Haciendo una analogía con los coches, no se puede comparar la calidad en prestaciones y seguridad de un coche actual y uno de los años 20. Esto se debe, aparte del progreso comercial a el progreso de las normativas de seguridad y otras regulaciones. Lo mismo pasa con las viviendas: la primera normativa térmica que obliga a poner aislamiento es del 1979 ¡unos miserables 3 cm en fachadas!, el primer CTE fue del 2006 ya exigía entorno a unos 6 cm de aislamiento y el actual CTE demanda como mínimo unos 8 cm. El aislamiento, las condensaciones, la hermeticidad, la estanqueidad al agua, las deformaciones de la estructura, la resistencia al sismo de la estructura, etc. Todos los parámetros edificatorios se regulan mediante normativas que van mejorando año tras año.

Por estos motivos parece claro que cuánto más reciente sea una construcción mejor será en lo que respecta a estos parámetros objetivos y cuantificables mencionados anteriormente. Sin embargo: una vivienda antigua, con la debida rehabilitación podria conseguir las prestaciones de una nueva.